David Sousa: “Ninguna tecnología puede sustituir el papel del docente”
¿Qué es la neurociencia educativa?
La neurociencia educativa es un nuevo campo de investigación científica que llevamos desarrollando desde hace 5 o 6 años. Algunos de los investigadores de este ámbito nos hemos centrado en poder responder a lo que podría aportar la neurociencia a la educación y, cómo podríamos denominar este nuevo campo de estudio. En muchas ocasiones se relaciona el concepto mente, cerebro y educación, así que nos inventamos el término “neurociencia educativa”, que no es más que la intersección de la neurociencia, la pedagogía y la psicología.
¿Cómo contribuye la neurociencia educativa al proceso de aprendizaje?
Con la neurociencia estamos aprendiendo sobre el crecimiento y desarrollo del cerebro. Podemos observar cuáles son los períodos en los que el cerebro está aprendiendo algo especial, como pueden ser las lenguas nativas, las fases en las que desarrolla las habilidades de computación… Toda esta información nos puede ayudar a determinar cómo debemos actuar en las diferentes etapas educativas, desde preescolar hasta los cursos de primaria.
¿Dónde y por qué se produce el aprendizaje en el cerebro?
Las diferentes partes del cerebro son responsables de distintos tipos de aprendizaje, por ejemplo, el desarrollo de la lengua materna se produce en el lado izquierdo del cerebro o el del sonido, en la corteza auditiva, situada justo detrás de los oídos. Hay otros tipos de aprendizaje que se llevan a cabo en la parte frontal del cerebro, la que llamamos lóbulo frontal.
¿Cuáles son los principales aspectos que los profesores deberían conocer sobre el funcionamiento del cerebro?
En primer lugar, deben ser conscientes de las razones que nos llevan a estudiar este nuevo campo. Muchos docentes están empezando a mostrar interés por la neurociencia, pero en muchas ocasiones todavía se basan en teorías del funcionamiento del cerebro de hace 20 o 30 años, la que llamamos psicología conductual de autores como Pavlov o Piaget. Algunas de estas teorías siguen estando vigentes, pero hemos aprendido mucho desde entonces, y la neurociencia ha evolucionado. En segundo lugar, deben ser conscientes que todo lo que estamos investigando puede ayudarles a ser mejores profesores.
¿Están los docentes preparados para aplicar la neuroeducación en el aula para mejorar el aprendizaje de sus alumnos?
El principal obstáculo es que en los estudios sobre educación no le otorgan todavía demasiada importancia a la neurociencia, pero considero que es un tema imprescindible para el buen desarrollo profesional. Para los docentes es muy importante adquirir estos conocimientos con el objetivo de crecer y aprender, ya que les permitirá trabajar de manera más inteligente y obtener mejores resultados con sus alumnos.
En muchas ocasiones ha hablado sobre las emociones ¿qué papel desempeñan en el aprendizaje?
Existen dos tipos de emociones, la primera la denominamos clima emocional, que es aquella que está relacionada con el ambiente que rodea una clase y la escuela y que determina cómo se siente un alumno. Este clima ha de ser positivo, ya que para el aprendizaje es indispensable que los niños se sientan a gusto en el colegio. La segunda está relacionada con vincular las emociones con el aprendizaje. El cerebro recuerda las mejores y peores cosas que nos suceden y, normalmente, se olvida de aquellas a las que no otorgamos importancia. De modo que, si se vincula una emoción a lo que se enseña, las probabilidades de que el estudiante lo recuerde son muy superiores.
¿Cuál cree que es el problema de la educación actual?
Con demasiada frecuencia los profesores siguen siendo los principales protagonistas a la hora de impartir una lección, se centran en realizar clases magistrales en las que los estudiantes son meros espectadores. Lo que descubrimos es que, en la era de la tecnología, los alumnos quieren estar y sentirse involucrados en su aprendizaje, no les motiva sentarse únicamente a escuchar y aburrirse, quieren participar.
También defiende que es muy importante despertar los sentidos para el aprendizaje, ¿nos podría poner algún ejemplo sobre cómo ponerlo en práctica en un aula?
La receptividad de los alumnos se incrementa si los maestros cambian el enfoque de sus clases y promueven una mayor interacción. Se trata de que hablen entre ellos, trabajen en equipo e intercambien experiencias de aprendizaje. Consideramos que el diálogo es uno de los dispositivos de memoria más poderosos que tenemos, por lo que, cuando el alumno puede verbalizar y compartir lo que aprende es más probable que lo entienda, que vea cómo aplicarlo y sobre todo, que lo recuerde. Por tanto, para potenciar los sentidos es indispensable que los alumnos participen de forma activa.
¿Cómo puede hacerse relevante o significativo el aprendizaje en la escuela?
Pondré un ejemplo. Si se está tratando sobre la Segunda Guerra Mundial, la cual ocurrió hace 70 años, debemos jugar con el impacto que tiene todavía a día de hoy. Es relevante hacer entender cómo los actuales límites de algunos países son consecuencia de aquel conflicto, cómo en algunos territorios todavía pueden surgir problemas entre personas debido a lo que sucedió, etc. El trabajo del profesor es tratar de encontrar formas de conectar el aprendizaje con el alumno y generar interés para motivarlo. Otra estrategia que se puede poner en práctica es mejorar su forma de pensar, desarrollar aquello que llamamos habilidades de pensamiento de orden superior. En lugar de decir lo que está sucediendo, hay que buscar otras manera resolver un problema.
¿Cómo influye la tecnología en el cerebro de los estudiantes?
Debemos ser cuidadosos con el uso de la tecnología. Recientemente he escrito un libro titulado, “Involucrar al cerebro re cableado”, en el cual vemos que, la tecnología está transformando nuestros cerebros y, especialmente, el de los más jóvenes, ya que en edades tempranas es más fácil que se produzca esta reconexión. La tecnología está afectando a la atención de nuestros estudiantes, a su memoria, a la forma en que piensan y a la manera en que interactúan con las personas. Por lo tanto, en términos de desarrollo personal y del proceso de aprendizaje, no es algo positivo.
¿Y todo esto cómo afecta en la escuela?
La tecnología está produciendo un ritmo de vida vertiginoso, en el que los estudiantes quieren cambiar las cosas de forma rápida, del mismo modo que cambian de “sites” en los que buscan información. Esta realidad la hemos llamado “la regla de los 8 segundos”, ya que los estudiantes toman una decisión en solo 8 segundos, ya sea para prestar atención o para desconectarse de un tema. Esta situación presenta un gran problema en las escuelas, ya que los maestros no pueden cambiar las cosas cada 8 segundos y, para adaptarse a esta realidad, deben buscar caminos más creativos para mantener la atención de sus estudiantes.
¿Añadiría algún otro factor?
Nos hemos dado cuenta de otro gran problema que seguro que los profesores ya tienen muy presente. Actualmente los estudiantes prestan más atención a sus teléfonos que a las personas. Las escuelas deben contribuir a subsanar esta situación enfatizando lo importante que resulta la comunicación directa entre personas. También el material que se muestra en el aula debe despertar el interés de los estudiantes, y los docentes deben tener en cuenta que algunas cosas que para ellos pueden no ser relevantes, sí puede serlo para sus alumnos.
¿Cómo podemos combatir esta realidad?
Es muy importante divertirse, disfrutar en clase. El humor es un dispositivo de memoria muy importante porque cuando te gusta lo que aprendes y te involucras tratas de recordarlo porque te genera un sentimiento positivo.
Por último, ¿cómo se imagina el futuro de la educación?
En los últimos 40 años hemos realizado muchas investigaciones sobre cuáles son las cosas más importantes que afectan el rendimiento estudiantil y se han encontrado hasta doscientas variables. Llegamos a la conclusión que uno de los factores más importantes es la competencia del maestro. Debemos valorar el poder de esta figura y su trascendencia, ya que ninguna tecnología puede sustituir la interacción y el papel de los profesores. Ellos toman decisiones instintivas en sus clases, una capacidad que todavía la tecnología no puede jugar. Es muy importante que nos acostumbremos a respetar y valorar el trabajo que realizan los profesores.
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