martes, 28 de abril de 2020

9 pautas para mejorar la gestión emocional desde casa

9 pautas para mejorar la gestión emocional desde casa

Cristina Martínez Carrero
Psicopedagoga y Maestra de Audición y lenguaje cuya trayectoria profesional ha estado orientada al diagnóstico e intervención de dificultades de aprendizaje en sentido amplio. Directora y coordinadora de D-letras.
 los nervios propios que genera esta situación… muchos de vosotros sois papás y esto implica un trabajo extra; a veces tremendamente gratificante y otras tremendamente desesperante, porque los niños necesitan movimiento, tomar aire, salir a la calle, jugar mucho más que nosotros. Estar tanto tiempo encerrado en casa puede generar estrés, ansiedad, insomnio… 
pautas gestión emocional en casa

¿Qué nos encontramos en esta situación?

Estamos encerrados en un mismo lugar, sin cambio de ambiente ni de personas.
Organización de un nuevo horario con otras rutinas.
Ausencia de contacto social.
Ausencia de escape o evasión del entorno familiar.
Preocupación y ansiedad por la falta de control ante la situación. No sabemos cuándo termina ni cómo termina…
Todo esto genera
  • Ansiedad.
  • Estrés.
  • Insomnio.
  • Afecta a la alimentación.
  • Emociones desmesuradas.
  • Cambios de humor.
  • Problemas para aceptar las normas.
  • Más rabietas.
  • Peleas con los hermanos.
  • Más apegados.
  • Más inquietud motriz.
  • Más irritables.
  • Más exigentes.

¿Qué podemos hacer?

  • ¿Qué está pasando? Tenemos que explicarles y contarles qué está pasando sea cual sea la edad del niño. Para ello, debemos dar información clara y ajustada a su edad, no esperar a que pregunten, tranquilizarles, explicándoles que no es su salud la que está en riesgo, evitar sobreinformación, evitar que no sea un tema tabú. Ahora mismo hay muchas herramientas disponibles en las redes, cuentos, audiolibros… que pueden ayudarnos. Los niños pequeños (menores de 5 años) no son capaces de valorar la gravedad de una situación, se orientan y asocian si una situación es normal o no por las reacciones de sus progenitores.
  • Rutinas. Es imprescindible generarnos unas rutinas. Los niños cuando están en el lenguaje todo está pautado y estructurado. Según la edad podemos hacer unas cosas u otras. No hace falta que sea un horario estricto, pero sí que haya cierta estructura. Debemos introducir:
    • Al menos una actividad lectiva.
    • Al menos una actividad creativa.
    • Ejercicio físico.
    • Al menos una actividad familiar.
    • Al menos una actividad doméstica.
    • Un poco de tecnología.
    • Dos veces al día relajación
Sabemos que realizar 5 comidas al día beneficia a la salud y en este caso en concreto, nos ayuda a generar ese esquema central de rutina. Os dejamos un ejemplo:
ejemplo horario
Es imprescindible hacer uso de organizadores visuales, indistintamente de la edad ya que ayuda a recordar cuál es la organización y a anticipar conductas como rabietas, estrés… Aunque parezca el día de la marmota debemos hacerlo.
mi horario
  • Actividades domésticas. Es muy buen momento para potenciar la autonomía, que se vistan solos, que nos ayuden con tareas del hogar… Dedicarle tiempo a ese tipo de cosas para las que generalmente nos falta tiempo. Da igual si tardan más en hacerlas, es buen momento para entrenarlo.
  • Relajación. Dos veces al día: 10 minutos son suficientes. No esperar a sentirnos nerviosos o con ansiedad para hacerlo. Al levantarnos y al acostarnos es donde más ansiedad podemos presentar, aunque no seamos conscientes de ella. 
    • Mindfulness.
    • Yoga.
    • Respiración.
    • Técnicas de relajación.
    • Masajes.
  • Gestión emocional. Dialogar sobre cómo nos sentimos, dándoles nosotros el modelo, yo hoy me siento… porque… Con los más pequeños, que aún no tienen desarrollado el lenguaje para poder hacerlo, podéis hacer uso del dibujo o la musicoterapia, como alternativa a la expresión de emociones.
  • Contacto social. Además de las videollamadas, aprovechar para ver vídeos, álbumes de fotos… Hacer juegos con ello y contar cosas acerca de aquellos momentos. Nos ayuda a evadirnos y viajar con la mente.
  • Vivir día a día.
    • Dedícate 10 minutos solo en una habitación, sin escuchar nada, nos ponemos música y miramos al techo.
    • Cada día un gusto de algo de comer, hoy un dulce, mañana una copita de vino, otro día un aperitivo… Cada día una cosa y solo una.
    • Cada día hago algo para cuidar mi cuerpo: maquillarme, perfumarme…
    • Arreglarse y no estar siempre con el pijama.
    • Airear la casa con frecuencia, mejor pasar frío que estar conviviendo todo el rato con excesivo calor.
  • Acabar el día. Tomar infusiones relajantes cada día e irnos a dormir sacando 3 cosas positivas de cada día e intentar no repetirse.
  • Aprovecha el momento. No todo es malo, tenemos más tiempo para estar con los nuestros, para hacer esas cosas para las que no tenemos tiempo generalmente.

TOMADO DEL BLOG:     Tiching Blog
                                                El Blog de Educación y TIC

viernes, 10 de abril de 2020

¿Está pensando alguien estos días en el alumnado?

¿Está pensando alguien estos días en el alumnado?

Llevo tiempo, especialmente desde que estamos confinados por decreto, fijándome en las declaraciones de la mayoría de profesionales de la educación acerca de qué debe y qué no debe hacerse con el alumnado. Yo mismo estoy proponiendo cargarme las EvAU y poner, algo parecido a lo que tanto me critica un edutuber, una especie de acceso sin reservas a estudiar cualquier carrera universitaria o ciclo formativo de grado superior, donde no hubiera restricción de plazas. Por lo visto ese edutuber, que nunca ha dado clases en formato presencial y que tiene una ojeriza personal hacia mi persona, tiene claro que lo que debe conseguir un alumno es con esfuerzo y sacrificio. Que dicha decisión perjudicaría al alumnado que lleva esforzándose a lo largo de todo el año. Pues vale, es una opción tan válida como la mía pero…
¿Alguien está escuchando qué pide el alumnado? ¿Alguien está preguntándoles cómo llevan el confinamiento? ¿Alguien se para a pensar en su estado de ánimo, la ansiedad o la situación en la que están viviendo? Hay alumnado que vive en pisos de 50 metros cuadrados, otros lo están sufriendo sin conexión a internet y, finalmente, la inmensa mayoría están más que perdidos en la situación actual. Y a día diez de abril no tienen ni idea qué pasará con el curso, las pruebas de acceso a la Universidad, las prácticas en empresa,… ni, al igual que nosotros tienen ni pajolera idea de cuándo volverá la normalidad. Y son, al final, para los que trabajamos los que estamos en educación. Sin alumnado, ni el trabajo de los docentes ni de las administraciones educativas tendría ningún sentido. Eso sí, no queremos escucharles. Por cierto, cuando lo hacen, mediante algún representante, ya buscamos excusas para cuestionar a ese representante (o bien por edad, o bien por tener una ideología, o bien por, y eso se lo he oído a un docente en Twitter, “tener aspecto de tonta”).
Claro que los docentes son los responsables de gestionar cómo enseñar y establecer las estrategias para el mejor aprendizaje de los chavales. Por cierto, los docentes no son responsables de qué enseñar ni cómo evaluar. Eso viene marcado por unas pautas legales que dicen qué debe evaluarse y cómo reflejar esa evaluación. Son las administraciones las que deciden con cuántas asignaturas se promociona, la estructura de la EvAU, la existencia o no de numerus clausus o, simplemente, qué currículum debe seguirse. Así que nadie se arroje una potestad que no tiene. Al igual que en cualquier profesión, los docentes no pueden ir por libre y si la administración regula que, para estos días no debe avanzarse temario, no debe avanzarse temario. Si se dice que no deben usarse determinadas herramientas, no deben usarse. Si dijera en una norma que, a partir de ahora debe aprobarse a todo el alumnado, se le aprueba. Claro que es lícito cuestionar esas decisiones, al igual que yo, por ejemplo cuestiono el modelo de confinamiento pero sé que debo acatarlas. Es que esto de ir por libre en docencia ya cansa. Hacer cada uno de su aula un sayo es, aparte de contraproducente, a veces ilegal.
Los docentes pueden pensar en el alumnado de forma particular. Basándose en su experiencia concreta, conociendo a su grupo concreto y, en ocasiones, preguntándoles qué necesidades tienen. El alumnado tiene necesidades y derecho a ser escuchados. Es que, a veces me da la sensación que algunos jamás les escuchan. Ni tienen ganas de hacerlo. Otro tema es que se les haga caso o no si lo que proponen es muy disparatado. Lo importante es escucharles. Algo que no evita que cada uno pueda opinar lo que le apetezca acerca de qué cree que es lo mejor para ellos. Hay docentes que quieren sangre, sudor y lágrimas. Otros que quieren un aprendizaje en el que el alumnado aprenda como le dé la gana, sin ningún tipo de presión y envuelto entre algodones. Pero, ¿os habéis preguntado qué piensa el alumnado? Porque, sinceramente, estos días no he visto a ningún docente que responda a ningún alumno ni, más allá de escribir “qué guay se lo están pasando haciendo videoconferencias conmigo” o “qué mensajes más chulos estoy recibiendo de alguno de mis alumnos”, se haya planteado publicar en abierto qué piensan de esa situación los cientos de miles de alumnos que, en estos días, andan mucho más perdidos en ocasiones, que muchos de nosotros.
Al igual que los docentes nos quejamos de que la administración, cuando regula ciertas cosas en educación, no nos escucha, deberíamos plantearnos si nosotros, a la hora de hacer o proponer ciertas cosas, estamos escuchando al alumnado. Si no es así hay una palabra para describirlo: hipocresía. No seamos hipócritas. Escuchemos a los alumnos. No hablemos por ellos ni digamos que piensan lo que nosotros creemos que están pensando. Son el motivo fundamental por el que existe la educación. Creo que ya toca empezar a escucharles.
La comunidad educativa es mucho más grande que la asignatura de uno o la gestión de procesos educativos. La comunidad educativa la forman alumnos, docentes y familias. Y el que no quiera ver que sin los tres, aportando ideas, escuchándose y negociando, nada tiene sentido, tiene un problema.
Un abrazo a aquel alumnado que, por desgracia, le ha tocado vivir una situación totalmente anómala. Simplemente deciros que… ¡de ésta se sale!
TOMADO DE     XARXATIC por Jorge Martí
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sábado, 4 de abril de 2020

Italia concede un aprobado general a sus estudiantes

Italia concede un aprobado general a sus estudiantes

Los alumnos pasarán de curso automáticamente si no se retoman las clases. La Selectividad consistirá en un gran examen oral.

Un estudiante milanés sigue el miércoles las clases a través de Internet.

La crisis del coronavirus obligará a poner el contador a cero a distintos sectores italianos para poder seguir adelante. Y la educación, en la recta final del curso, valora cómo hacerlo para encajar el complicado puzle de los distintos cursos. Italia ultima un decreto ley para regular la liquidación del año académico y preparar el regreso de septiembre. Todos los alumnos pasarán al próximo curso, sin importar las notas obtenidas en los últimos exámenes. Nadie se quedará rezagado. Los tiempos del coronavirus, de este modo, traerán a Italia un aprobado general que permitirá pasar de curso y reanudar las clases en el siguiente con cierta normalidad. Lo que parece claro, aunque todavía se deje en el aire esa posibilidad, es que las aulas no volverán a abrir hasta septiembre.
La fórmula exacta, cuánto se retoma del año anterior como puente para el nuevo curso, la decidirán los comités educativos que planifiquen la entrada del nuevo año escolar, según detalla el borrador que han confirmado a EL PAÍS fuentes del Ministerio de Educación italiano. Pero el arranque de curso se dedicará, con toda probabilidad, a los alumnos más rezagados del año perdido para que se pongan al día en las materias que no lograron asimilar. Por ello, las clases generales de 2020-21 podrían empezar algo más tarde de lo habitual. El problema es mayor para los que ingresan en la Universidad a partir de septiembre.
La Selectividad —maturità, en términos italianos— es el otro gran hito al que deberá encontrarse solución. Si las clases pudiesen retomarse el 18 de mayo, el decreto prevé un calendario abreviado para llegar a tiempo en un modo relativamente estándar a las pruebas. En caso contrario, como resulta muy probable, los exámenes escritos de final de curso no tendrán lugar y podrán realizar la prueba preuniversitaria todos los alumnos. El examen se mantendrá y será “serio”, según ha señalado la ministra de Educación, Lucia Azzolinia. Pero se celebrará la prueba exclusivamente mediante un examen oral de una hora a través de alguna plataforma online. No se sabe qué peso tendría esa evaluación oral en la nota final.
El secretario de Estado de Educación, Peppe De Cristofaro, explica a este periódico que “era inevitable que fuera así porque es una situación excepcional”. “Es un gran problema, porque la maturità es el primer examen importante en la vida, tiene una gran densidad cultural y formativa, pero no podíamos hacerlo como se hace normalmente”, apunta. Respecto al aprobado general, De Cristofaro apunta que no significa que “los insuficientes se transformen en suficientes”. “Si un chico suspende y estos meses a distancia no ha mejorado, el profesor no le subirá la nota. Se le admitirá, pero con la nota insuficiente que tenía. Al principio del curso tendrá que hacer unas clases de recuperación de la materia”. El arranque general, confirma, podría retrasarse.
La mayoría de universidades tendrán que ceñirse a esos datos para la admisión de alumnos. Otras, como la prestigiosa Bocconi de Milán, ni siquiera lo notarán al no contar con la nota de la maturità. Su rector, Gianmario Verona, explica que el curso se ha podido terminar con cierta normalidad gracias a la infraestructura tecnológica de clases a distancia. “Hemos podido hacer este pasaje, pero el problema es que tuvimos que prepararlo en una semana. Hemos movido 427 cursos en este semestre que implicaban a más de 700 profesores. En una semana lo hemos trasladado todo al online y se ha podido completar el semestre a distancia. Ha sido una experiencia que nos ayudará en el futuro”, señala en referencia a la posibilidad de que el próximo curso tuviese que iniciarse todavía en esas condiciones.
Nadie duda de que las medidas de confinamiento llegarán hasta, como mínimo, comienzos de mayo. De hecho, este viernes Angelo Borrelli, y hombre que a diario transmite los datos, ha asegurado que podría empezar a pensarse en ello a partir del 3 de mayo. Pero la mayoría de expertos señalan que la reapertura de las escuelas será uno de los últimos pasos que se darán.
Tomado de : EL PAIS. Daniel Verdú. 4 de baril 2020

jueves, 2 de abril de 2020

Escenarios de evaluación

Escenarios de evaluación 

Hace unos días, Fernando Trujillo publicó en “El diario de la educación” cuatro posibles escenarios de evaluación para completar el curso y cumplimentar la tercera evaluación.

Dejando aparte la normativa, que ya se ve que en estos casos se puede “legislar” por vía de urgencia y realizar decretos, órdenes, instrucciones,… en un breve periodo de tiempo, voy a intentar dar mi opinión sobre dichos escenarios, por lo que recalco que son MIS opiniones. 

Antes de comenzar, quisiera reproducir unas declaraciones que ha realizado la viceconsejera de Educación de la Junta de Andalucía en la que dice: “... que las clases deberían volver después de Semana Santa, aunque ha admitido que es "posible" que no sea así y que la fecha de inicio se traslade a mediados de mayo”. También menciona este artículo que “Castillo ha precisado que se están elaborando instrucciones a los centros educativos para cerrar la segunda evaluación e iniciar la tercera evaluación a partir del 13 de abril”.

Sea como fuere, y como ninguno somos adivinos ni podemos augurar nuestro futuro, vamos a plantearnos los escenarios sin tener en cuenta si vamos a volver a las aulas o seguiremos en este periodo lectivo no presencial durante lo que resta de calendario escolar.

En principio, lo que estamos planteando ahora no es una "evaluación", sino cómo nos apañamos para calificar al alumnado, y si va a dar lugar a promocionar,... 

Esos cuatro escenarios son generales, y con sus pros/contras como dice Fernando, pero cada etapa es tan particular que necesita concretarse. Lo que sí es cierto, es que desde un punto de vista inclusivo, las necesidades de cada alumno o alumna deberían ser nuestra prioridad.

En cada escenario voy a tratar de especificar las distintas etapas, como ya he mencionado antes, por lo que hablaré de Infantil y Primaria, Sexto de Primaria (al ser un nivel que permite acceso a otra etapa), ESO, Cuarto de ESO, Bachillerato, Segundo de Bachillerato con la EBAU, Formación Profesional, Enseñanzas de Régimen Especial (EOI, Música y Danza) y por último Universidades. En algunos casos, los escenarios serán tan generales que incluyen todas las enseñanzas, y en otros habrá que especificar un poco más. No voy a repetir aquí todas las observaciones que se mencionan en el artículo, sino que esbozaré las situaciones.

Comenzamos. 

Escenario 1: La autonomía de los centros

En el primer escenario el Ministerio y las Comunidades Autónomas no toman ninguna decisión sino que invocan la autonomía de los centros de tal forma que sean éstos los que decidan.

Aclaremos. Los centros, dentro de su autonomía, deciden qué hacer. Lo mismo que han podido decidir si realizaban en estos momentos la segunda evaluación o la atrasaban, podrán decidir qué hacer en la tercera. Ahora bien, ¿cómo se consigue poner esa calificación? ¿En base a qué? ¿Sería una evaluación equitativa, pero sobre todo respetuosa con el alumnado que la reciba?
Por supuesto, si la decisión corresponde a cada centro, será cada uno de ellos los que tengan que asumir la responsabilidad de contestar si la calificación es la correcta teniendo en cuenta a cada alumno o alumna del centro. Es decir, no podemos pensar que la evaluación final es la “media” de las anteriores evaluaciones, de esa primera evaluación que se desarrolló con normalidad, de esta segunda evaluación que se ha desarrollado “como se ha podido” y de esa tercera que no sabemos cómo se hará, ya que ignoramos fecha de vuelta a las aulas (en el caso que se produzca), si el centro va a evaluar las tareas mandadas durante el periodo lectivo no presencial, cómo lo va a hacer teniendo en cuenta las circunstancias personales del alumnado, … qué instrumentos va a usar para ello, cómo va responder a la frase “los referentes de la evaluación son los criterios” …

En el caso que se produzca un regreso, por escaso que sea, sí podríamos hacer una evaluación, más o menos adecuada, y el centro podría decidir si tiene criterios suficientes para otorgar esa nota final. En caso contrario, por mucha autonomía que se le dé a los centros, la evaluación no sería ni continua, ni objetiva, ni personalizada. 

Podríamos pensar que este es el escenario ideal, ya que respetamos las opiniones y visiones del profesorado, como si estuviésemos en un periodo lectivo normal donde cada docente pone “sus” notas de acuerdo a “sus” criterios, pero tomarlo como norma general para todos los centros y todas las etapas, es impensable según mi opinión, salvo que volvamos a tener un periodo presencial que permita al docente evaluar y calificar. Pero ya digo, no es mi opinión. 

Tomado de :  BLOG de profesor  Enrique Guerrero

Un granito docente.