Volver al cole en la nueva normalidad está lejos de ser normal. Desde hace semanas, las cuestiones que planean sobre el inicio del curso 2020-2021 son muy diferentes a las de años anteriores, cuando el coste del nuevo curso y los problemas de conciliación acaparaban el debate. Ahora las preguntas son otras: ¿Serán los centros espacios seguros? ¿Los profesores van a retomar su trabajo preocupados y desmotivados? ¿Podrán los padres dejar a los niños en la puerta y marcharse sin mirar atrás? ¿Están listos los niños para reencontrarse con sólo parte de sus compañeros y para estar en clase con mascarilla?
“El curso comenzará en septiembre, con pautas temporales análogas a las de otros cursos. Si algo hemos aprendido de la pandemiaes que, además de que la escuela es insustituible, los resultados de la presencialidad también lo son”, confirmabala ministra de Educación, Isabel Celaá, a comienzos de agosto.
Si algo ha demostrado el confinamiento —con el consiguiente cierre de los colegios en marzo– es que la asistencia al cole es necesaria. El consenso entre la comunidad educativa en este aspecto es general. Además de por razones pedagógicas, porque en esos meses quedaron en evidencia las carencias del sistema educativo respecto a la enseñanza online. Y lo que es más importante, el cierre de los centros escolares estos meses sólo ha redundado en acentuar las diferencias sociales.“Como madre y como maestra creo que hay que intentar abrir las escuelas por todos los medios, hay que volver a las aulas. El colegio es un nivelador social. Se ha visto que, de otra manera, quedan excluidos los niños que no tienen medios en casa”, afirma categórica la tuiteraMaestra Enfurecida.Esta maestra de educación primaria en un colegio público de Murcia es la impulsora de la campaña¡Así no! Por una vuelta al cole segura para todos #VueltaSegura en la plataformaChange.org, donde ya lleva recogidas más de 152.000 firmas de apoyo. “No me refiero sólo a la brecha digital, que eso se está tratando de arreglar y es una inversión que se va a hacer y no supone un gran desembolso. Hay un componente que es insalvable: si la familia no tiene el nivel cultural para ayudar a ese niño, el alumno, inevitablemente, no avanzará igual que el resto de sus compañeros”, explica.
“Es imprescindible la presencialidad porque es la única manera de garantizar la igualdad de oportunidades”
Siempre que la evolución de la pandemia lo permita, está previsto que entre el 1 y el 14 de septiembre —dependiendo de cada comunidad autónoma—más de 8.000.000 de escolares españolesregresen a las aulas, esas que están vacías desde mediados de marzo. Pero las dudas y temores que genera el comienzo del curso escolar 2020-2021, en medio de una pandemia que obliga cada día a repensar lo pensado, hace prever un inicio de curso movidito.
Los padres y madres piden cierta vuelta a la normalidad, pero con todas las garantías de salud para los niños. Los profesores y la comunidad educativa en general reclaman un entorno profesional seguro, así como la implicación total de las administraciones. Las consejerías de educación anuncian con cuentagotas sus diferentes medidas contra la COVID-19 y, en casos como Andalucía,reclaman la coordinación del gobierno central. El Ministerio de Educación espera la reunión con los consejeros a finales de agosto para evaluar la progresión de los planes y protocolos que se pondrán en marcha, de acuerdo a los criterios comunes propuestos y recogidos en el documento Medidas de prevención, higiene y promoción de la salud frente a covid-19 para centros educativos en el curso 2020-2021.
En este documento se resalta que garantizar una adecuada vuelta al cole conlleva aplicar estas medidas:
1. Limitación de contactos, ya sea manteniendo una distancia de 1,5 metros o conformando grupos estables de convivencia.
2. Higiene de manos e higiene respiratoria.
3. Ventilación frecuente de los espacios y limpieza del centro.
4. Gestión adecuada y precoz ante la posible aparición de un caso.