domingo, 13 de marzo de 2016

La metáfora del árbol de las competencias emocionales

Competencias emocionales. Hoy vengo a hablarte en esta entrada sobre el término competencias emocionales. Pero tengo la intención de hacerlo a través de una metáfora que te ayudará reflexionar sobre tus propias emociones, sobre la visión que tienes de ti mismo y de los que te rodean. A esta metáfora la he denominado el árbol de las competencias emocionales.
¿Preparado para emociones fuertes? ¿Listo para saber más acerca de las competencias emocionales? Si es así, te invito a que me acompañes en la lectura de este artículo. Sin más demora, zarpamos…
COMPETENCIAS EMOCIONALES
Imagen extraída de Shutterstock

El árbol de las competencias emocionales.

Cuando pensamos en un árbol, lo hacemos distinguiendo tres grandes partes:
  • Raíces. Son los pilares, los fundamentos del árbol. Las raíces de las personas parten de la habilidad de comprender y respetar a la otra persona, obteniendo de ella su respeto y confianza. Sin raíz, no hay árbol.
  • Tronco. El tronco es el camino que conduce a las hojas, a las ramas, a los frutos, es decir, a la consecución de los logros.
  • Hojas. La hoja, como el fruto, es el resultado final, el logro, la consecución del objetivo deseado.
Pues bien, para relacionar las partes del árbol con las competencias emocionales, he dividido estas competencias en tres grandes grupos:
  • Competencias emocionales ejecutivas
  • Competencias emocionales básicas
  • Competencias emocionales subyacentes
Si relacionamos las partes del árbol con los tipos de competencias emocionales, quedaría así:
  • Competencias emocionales ejecutivas = hojas (frutos)
  • Competencias emocionales básicas = tronco
  • Competencias emocionales subyacentes = raíces
A continuación, lo que haré seré desarrollar cada uno de los tipos de competencias.
1. Competencias emocionales ejecutivas (hojas). Estas competencias se pueden agrupar en nueve clases y están relacionadas con las habilidades. Son estas:
  • Trabajo en equipo. Reglas y respeto por todos los miembros del equipo.
  • Comunicación efectiva. Se trata de encontrar el estilo de comunicación y las aptitudes que mejor se adapten par la consecución de un logro. Requiere una escucha atenta.
  • Gestión del estrés. El estrés se entiende como una respuesta natural a la supervivencia y no como algo negativo. De lo que se trata es de aprender a identificar las fuentes de estrés.
  • Gestión de la incertidumbre. Parte del diálogo que uno mantiene consigo mismo y, sobre todo, aprendiendo del pasado y teniendo una alta dosis de confianza.
  • Catalización del cambio. Las personas catalizadoras son aquellas que con su presencia con capaces de acompañar y acelerar determinados procesos en beneficio de personas, sociedades o grupos.
  • Delegación. Delegar es la capacidad de compartir liderazgo.
  • Asertividad. Capacidad de conocer tus propios derechos y defenderlos. Si quieres saber más sobre asertividad, te recomiendo la lectura de este enlace.
  • Capacidad de negociación. La negociación supone una habilidad para crear un ambiente propicio para un acuerdo mutuo. En este sentido es fundamental cuidar el ambiente de la negociación y obtener así compromisos duraderos.
  • Escucha activa. La escucha activa es el esfuerzo físico y mental de querer captar la totalidad del mensaje del otro y, al mismo tiempo, tratar de interpretar correctamente su significado. Para saber más sobre el término escucha activa, te remito al siguiente enlace.
2. Competencias emocionales básicas (tronco). Aunque son menos visibles que las ejecutivas, tienen una importancia fundamental en la relación con uno mismo y con los demás. Se agrupan en seis tipos:
  • Flexibilidad. Consiste en la capacidad de las personas de adaptarse a situaciones nuevas, impredecibles y poco o no familiares.
  • Estilo emocional. Se centra en la proactividad y la reactividad ante una situación determinada. Para saber la diferencia entre ser proactivo y reactivo, te remito al siguiente enlace.
  • Creatividad. La creatividad emocional es la capacidad que tienen las personas de realizar propuestas creativas con el fin de dar solución a situaciones distintas y partiendo de su experiencia vital y la forma de sentir e interpretar sus emociones.
  • Empatía. Consiste en saberse poner en la piel del otro. Para saber más sobre el término empatía, te remito a este enlace.
  • Iniciativa. La iniciativa es la actitud de adelantarse de forma activa a un acontecimiento. La iniciativa también es capaz de plantear nuevas opciones con el fin de cambiar o mejorar una situación.
  • Optimismo. Consiste en insistir en los objetivos pese a los contratiempos que pueden surgir.
3. Competencias emocionales subyacentes (raíces). Aunque son menos numerosas que las ejecutivas y las básicas son las que, en definitiva, nos sustentan. Se organizan en cuatro tipos:
  • Percepción de los otros. Proceso por el cual se pretende conocer y comprender a otras personas.
  • Autoconocimiento. Consiste en aprender a conocerse a sí mismo y detectar los puntos fuertes y las debilidades.
  • Autorregulación. Se centra en saber dominar los propios sentimientos e impulsos.
  • Autoestima. Tiene que ver con las percepciones, pensamientos, sentimientos y comportamientos hacia nuestro cuerpo y hacia nuestro carácter.

El árbol de las consecuencias como metáfora del liderazgo. A modo de conclusión.

Si he querido incidir en este artículo sobre las competencias emocionales es porque pienso que son la clave para el liderazgo. Un liderazgo que parte de saber quién eres, pero que ineludiblemente acaba por proyectarse hacia el otro.
Como personas, necesitamos las raíces para sustentarnos, el tronco para proyectarnos y las hojas o frutos para tomar plena conciencia de los logros que luego compartiremos con las personas que tenemos a nuestro lado. Pero,
¿qué me ha enseñado la metáfora del árbol?
La metáfora del árbol acerca de las competencias emocionales me ha enseñado que en muchas ocasiones nos centramos más en las competencias emocionales más visibles, es decir, las competencias emocionales ejecutivas, cuando el verdadero trabajo está en consolidar nuestras raíces, las competencias emocionales subyacentes, para que crecer sano y fuerte y que nada ni nadie consiga torcer nuestro crecimiento personal.
Terminaré esta entrada con una frase de Martin Luther King que reza así:
Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo, hoy todavía, plantaría un árbol, (M. L. King[TUITÉALO]
TOMADO DEL BLOG JUSTIFICA TU RESPUESTA DE SANTIAGO MOLL.

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