18 propuestas para trabajar la inteligencia emocional en el aula
Cristina Martínez Carrero
Psicopedagoga y Maestra de Audición y lenguaje cuya trayectoria profesional ha estado orientada al diagnóstico e intervención de dificultades de aprendizaje en sentido amplio. Directora y coordinadora de D-letras..
A menudo vemos en la escuela cómo niños y niñas tienen dificultades para reconocer y gestionar las diferentes emociones. Les cuesta ponerse en el lugar del otro, hablar y compartir opiniones de una manera asertiva… No saben cómo identificar las emociones, cómo reconocerlas y cómo gestionarlas, de hecho, no es tarea fácil.
¿Están nuestros alumnos preparados para ello? No todos; son competencias que se dan por adquiridas y a veces no están lo suficientemente desarrolladas. Competencias a las que no se les suele prestar la atención que merecen. Adquirir y desarrollar una buena Inteligencia emocional (IE) es imprescindible. Por esta razón en este artículo queremos ofreceros algunos ejemplos y recursos materiales para que los podéis usar en el aula.La inteligencia emocional es la capacidad de identificar, comprender y manejar las emociones en uno mismo y en los demás, es decir, la capacidad que tenemos para tratarnos bien y tratar bien a los demás. Consta de tres procesos básicos que la engloban:
- Percibir: Reconocer de forma consciente nuestras emociones e identificar qué sentimos y ser capaces de darle una etiqueta verbal.
- Comprender: Integrar lo que sentimos dentro de nuestro pensamiento y saber considerar la complejidad de los cambios emocionales.
- Regular: Dirigir y manejar las emociones tanto positivas como negativas de forma eficaz.
Sabemos que los alumnos que desarrollan una adecuada inteligencia emocional poseen confianza en sus capacidades; crean y mantienen relaciones satisfactorias, comunicando lo que necesitan, piensan y sienten, teniendo en cuenta los sentimientos de los otros; están motivados para explorar, afrontar desafíos y aprender, poseen una autoestima alta y tienen un mayor número de recursos para la resolución de conflictos. Algo que influye de forma positiva en todas las áreas de su vida.
En el colegio veremos que trabajando la IE aumenta el bienestar de los alumnos, se reducen los conflictos escolares resolviéndose de una manera más asertiva. Pero, lamentablemente, en muchos colegios no existe un rincón en la apretada agenda escolar para educar las emociones. Son pocos los colegios que lo hacen. Comprendiendo lo complicado que es, se puede partir de tutorías, a través de algún conflicto que haya surgido para poder trabajar la IE, también se puede dedicar:
- 10 minutos cada mañana antes de comenzar la “rutina” diaria. Estarán más receptivos.
- 10 minutos antes de acabar las clases, si es posible, se puede repasar cómo estaban por la mañana, si algo ha cambiado, creando un espacio para que puedan reflexionar individual y grupalmente.
- Asamblea: 1 vez por semana. Si por el estilo de las clases o la organización del centro educativo, no es posible trabajar las emociones cada día, se puede dedicar una hora a la semana y hacerlo en forma de Asamblea… Quizá suponga un trabajo extra, pero los alumnos se sentirán mejor cada día.
Lo primero es dedicar unas sesiones a explicar cuáles son las emociones básicas (la alegría, tristeza, asco, enfado, miedo y sorpresa), enseñar cómo puedo identificarlas y qué hacer cuando las identifico.
El año pasado en mi centro escolar realizamos un taller de inteligencia emocional que atraía mucho a los niños, era muy dinámico y les ayudó a fijarse más en que repercusión podían tener sus actos y a estar más pendientes de ayudar a sus compañeros. Se fomentó la empatía. En estas sesiones se presentaba tres imágenes, una que mostrase los rasgos faciales de una forma clara, la misma emoción en un niño y en una persona adulta. Los alumnos debían identificar la emoción a trabajar. Se les va preguntando por las características físicas que pueden observar en la imagen; una vez identificados los rasgos físicos preguntamos por las cosas que nos producen dicho sentimiento. Después, debatimos y comentamos que soluciones podemos encontrar para ayudar a las personas que presentan dicho sentimiento y por último, qué podemos hacer nosotros mismos para cambiar esa emoción cuando la estamos manifestando. Os dejo un ejemplo del MIEDO.
¿Cómo podemos hacerlo? Os dejamos un listado de materiales que pueden serviros para trabajar la IE y las emociones en el aula:
LIBROS
Es importante tanto distinguir lo que sienten y piensan ellos mismos, como lo que sienten y piensan los otros. A través de cuentos o historias, siempre podréis agregar el componente emocional:
- El emocionario, de Cristina Nuñez y Rafael Romero, Editorial Palabras Aladas. Es un libro muy sencillo, presenta un itinerario a través de las distintas emociones que tenemos cualquier ser humano. Lleno de ilustraciones muy llamativas y con un texto sobre cada emoción que te invita a la reflexión. Es compatible con cualquier programa emocional, y además dispone de sus propias fichas descargables.
- El monstruo de los colores, de Ana Llenas, Editorial Flamboyant. El libro trata de un monstruo que se ha hecho un lío con las emociones y deberá aprender a poner en orden la alegría, la tristeza, la rabia, el miedo y la calma. Es un álbum ilustrado y gracias a sus expresivas ilustraciones permite a los niños identificar con facilidad las distintas emociones que se viven durante el día. Aquí tenéis acceso para ver el videocuento.
- Cuentos para educar con inteligencia emocional, de Clara Peñalver y Sara Sánchez, Editorial Beascoa. Libro enfocado a los niños más pequeños con un lenguaje cercano y sencillo. Es un manual perfecto para comprender y gestionar las dudas que generan en nosotros las diferentes emociones.
- Paula y su cabello multicolor, de Carmen Parets Luque. Es un cuento que trabaja las emociones más básicas: alegría, tristeza, enfado y miedo. Este libro te permite descubrir cómo a Paula le cambia de color del pelo según la emoción que sienta, a través de las transformaciones en el pelo de Paula vamos visualmente dando nombre a las emociones que sentimos. A partir de hacernos preguntas como ¿Qué nos provoca esa emoción?, ¿Qué nos hace sentir? y ¿Qué debemos hacer? vamos proporcionando respuestas y soluciones para cada tipo de emoción. Aquí tenéis acceso al videocuento.
VIDEOS
Los videos propuestos os pueden ayudar a jugar al “traje de detective”. El juego consiste en analizar los estados emocionales de los personajes. Preguntarles cómo crees que se sienten y cómo lo demuestran. Tienen que prestar atención tanto a la comunicación verbal, como a la no verbal. Crear debates: ¿cómo reaccionarías tú?, ¿cómo son las reacciones? ¿exageradas, irreales?…
- Las emociones en diferentes situaciones con sus películas favoritas.
- Para trabajar la empatía.
- Vídeo para hablar sobre las repercusiones que puede tener meterse con una persona por ser diferente.
- Para trabajar el enfado.
- Para trabajar asertividad.
- Para trabajar la Amistad.
- Para trabajar la tristeza.
JUEGOS ONLINE
- Descubre cómo eres es un juego con distintas actividades que permiten a los niños descubrir cómo trabajar la propia identidad, experimentar sentimientos y reconocer emociones.
- Pelayo y su pandilla tiene divertidas y variadas actividades sobre distintas emociones, identidad sobre el propio cuerpo e incluso juegos sobre salud e higiene personal.
- Conocerse y valorarse es una interesante herramienta de autoconocimiento para niños a partir de 12 años.
JUEGOS GRUPALES DENTRO DEL AULA
- Dominó de los sentimientos: Aquí podéis descargarlo, además la página ofrece ideas de más actividades que se pueden hacer.
- Diario de las emociones: El juego es una dinámica educativa que trata de favorecer la reflexión sobre los propios estados emocionales. A través de esta dinámica vamos a procurar que los niños y niñas dibujen sus estados emocionales y que tomen conciencia de cuando sienten cada emoción, de los posibles desencadenantes y consecuencias. De esta manera tendrán un rico collage de las propias emociones.
- Juego “El observador”: Deben observar las expresiones emocionales de otras personas (familiares y amigos). Deben fijarse en los aspectos verbales (qué dice y cómo lo dice) y en los aspectos no verbales: gestos faciales, muecas, tonos de voz, tics, etc. Como ya se trabajó al principio, este juego les motiva mucho porque saben en qué han de fijarse.
- ¿Qué estará pasando? A través del roleplaying podemos plantear diversas situaciones, reales o imaginarias (preferiblemente reales), y han de dramatizar la situación con todo tipo de detalles. El resto de compañeros deben tratar de adivinar los estados afectivos en cada uno de los acontecimientos relatados. “Me imagino que sentiste…..cuando”. Confirmar si ha acertado en los sentimientos.
- TOMADO DE TICHING BLOG
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