Mitos sobre las altas capacidades y el rendimiento escolar
Maria Sánchez Dauder
Diplomada en magisterio de Primaria y Lenguas extranjeras. Licenciada en Lingüística General y Experta Universitaria. Escritora de libros de cuentos para niños y adolescentes con altas capacidades
Hablar de altas capacidades no es sólo hablar de niños superdotados. Este concepto va mucho más allá e incluye más elementos que el famoso C.I..
Para empezar, comenzaremos con el concepto altas capacidades, el cual incluye talentos, que pueden ser simples o compuestos y la superdotación. ¿En qué se distinguen? Pues muy simple: los talentos simples dominan muchísimo una sola disciplina y los talentos complejos dos o tres disciplinas. Hablando en porcentajes, los talentos alcanzarían a un percentil de 95% en las áreas que dominan. En cambio, los superdotados tienen un alto nivel en todas las áreas, con un percentil mínimo de 75% o superior en cada una de las áreas analizadas por el especialista.
Las características de las personas con altas capacidades
Una persona con altas capacidades no es sólo un examen con un resultado final, sino que tiene una serie de características muy propias que le describen:
- Son creativas, que no significa que sea una gran artista, sino que tiene recursos originales y poco convencionales para solucionar cualquier tipo de situación, ya sea cotidiana o circunstancial.
- Son intolerantes a la frustración, es decir, no soportan el fracaso o la posibilidad de error ante cualquier situación. Son estos niños que hacen una pataleta cuando no quieren hacer algo desconocido por miedo al error; es tal su nivel de autoexigencia que no se permiten fracasar por miedo a auto defraudarse o defraudar a sus cercanos.
- Son personas hipersensibles, cuyas emociones fluctúan diariamente a todas horas. No son capaces de regular sus alegrías, ni sus tristezas; el gris no existe en su biorritmo emocional. Por lo tanto o están explosivos de alegría o hundidos de tristeza, nunca una noticia es relativa, siempre desata una emoción extrema. Eternos volcanes en erupción del sentimiento que sea. Esta hipersensibilidad no se limita a las emociones, sino que también se traspasa a los sentidos: todo les pica, los ruidos les molestan, los olores les horrorizan, las imágenes les impactan y los sabores los sienten más extremos. Son, pues, personas con un alto volumen de sensores en sus cuerpos que perciben, captan y sienten todo lo que les rodea, sensorial y emocionalmente. Vamos, que son unas excelentes alarmas que no se les escapa ni una percepción.
- Son niños disincrónicos, o sea, que su edad cronológica no está acorde a su edad mental. Son bebés de 2 años con pañales y chupete que leen y hablan de dinosaurios o de Darwin, para poner un ejemplo bien claro y aplastante.
- Son mentes con una gran capacidad de relación de conceptos. Si escuchan cualquier palabra, en un momento son capaces de nombrar todo lo que les crea una asociación con este término; a veces relaciones que jamás establecería nadie.
Esto es lo que es una persona con altas capacidades. A partir de aquí, el resto de aspectos son múltiples y variados: unos son líderes y genios de relaciones sociales, otros son más introvertidos; otros son grandes deportistas; otros artistas plásticos natos,… ¡para gustos colores!
Entonces llega el día que a un docente le llega un diagnóstico que su alumno, Pepito, que jamás ha sacado buenas notas, que nunca estudia, que su letra es terrorífica, que se equivoca con las sumas, que es lentísimo ejecutando, … este alumno, Pepito, tiene altas capacidades. Aquí viene el problema del millón. El profesor no lo ve. Claro que no lo ve, porque las características que ha de encontrarle al alumno son las nombradas anteriormente, no las notas que saque. Tiene ante él un alumno con un cerebro que piensa distinto y que ejecuta las funciones de procesamiento de manera diferente a sus compañeros, dado que la cantidad de neuronas de su cerebro es más alto que la de sus compañeros de clase.
Posiblemente, este Pepito habrá dado respuestas originales e interesantes ante un tema que le interese; posiblemente estará ausente en el aula, porque no le interesa lo más mínimo lo que se explica y estará volando en sus mundos y pensamientos; probablemente su caligrafía es terrorífica porque su cabeza va más rápida que su mano,… esta definición sí que le cuadrará con Pepito. Pero la de niño con altas capacidades con los patrones que considera un docente que deben tener estos perfiles, seguro que no – ¡aunque algunos sí! No se puede generalizar.
Estas líneas que he escrito sí que responden a lo que es un niño con altas capacidades, lejos del dibujo de chaval con gafitas y cara de cultivado que se vende como imagen errónea de estos perfiles de personas.
Si te ha gustado este artículo, no te puedes perder este vídeo con recursos para el aula.
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