El artículo de hoy es muy especial para mí porque en él compartiré un texto del que me enamoré desde el primer instante que lo leí. Se trata de un texto precioso y cargado de empatía. Un texto que me parece perfecto para que uno de tus alumnos lo lea en nombre de todo el grupo en el primer día de clase.
Como docente, seguro que coincides conmigo en la importancia de llegar a tus alumnos desde el primer día, desde el primer instante. Pues bien, ojalá que el texto que hoy te ofrezco sea el inicio de una relación maravillosa con tus alumnos.
Sin más preámbulos, zarpamos…
Imagen extraída de Shutterstock
Un texto que habla sobre la empatía y el valor de la escucha activa.
El texto que quiero compartir contigo no lo he escrito yo. ¡Ya me gustaría! Es una de esas joyas que uno se encuentra por casualidad navegando por la red. Se trata de un fragmento escrito por R. O’Donell y que se titula La escucha. Aquí tienes el texto:
«Cuando te pido que me escuches y tú empiezas a darme consejos, no has hecho lo que te he pedido. Cuando te pido que me escuches, y tú empiezas a decirme por qué no tendría que sentirme así, no respetas mis sentimientos. Cuando te pido que me escuches, y tú sientes el deber de hacer algo para resolver mi problema, no respondes a mis necesidades.
¡Escúchame! Todo lo que te pido es que me escuches, no que hables ni que hagas. Sólo que me escuches.
Aconsejar es fácil. Pero yo no soy un incapaz. Quizá esté desanimado o en dificultad, pero yo no soy un inútil.
Cuando tú haces por mí lo que yo mismo podría hacer y no necesito, no haces más que contribuir a mi inseguridad. Pero cuando aceptas, simplemente, que lo que siento me pertenece, aunque sea irracional, entonces no tengo que intentar hacértelo entender, sino empezar a descubrir lo que hay dentro de mí».
¿Por qué me gusta tanto este texto?
Hay una cita que me encanta y que creo que resume a la perfección en sentido del texto. La cita reza así:la gente no escucha para comprender, sino para responder
Es lo que yo denomino el síndrome del experto, es decir, dar más importancia a aquello que creemos deber responder que al mensaje que la persona que tenemos enfrente nos da.
Durante un curso académico no serán pocas las veces que tus alumnos se acercarán a ti. Y lo harán no siempre buscando respuesta, sino escucha, tu escucha activa, tu escucha empática, tu escucha del corazón.
Porque como muy bien dice el texto:
escuchar es respetar los sentimientos del otro
Otro de los aspectos que me gustaría destacar del texto radica en la diferencia entre el ‘hacer’ y el ‘ser’. Como docentes a veces cometemos el error de pensar que la solución radica en lo que podríamos hacer por nuestros alumnos, cuando en muchas ocasiones no se trate de ‘hacer algo’, sino de ‘ser alguien’ para nuestros alumnos.
Es curioso pensar cómo las personas creen que ayudan más haciendo que escuchando. Y eso no tiene por qué ser necesariamente así. El texto insiste en que aceptando simplemente al otro es como mejor podemos ayudarle. Porque nuestros alumnos lo que realmente quieren es estar y sentirse acompañados por nosotros.
Textos que llegan al corazón desde el primer minuto de clase. A modo de agradecimiento.
Quiero finalizar el artículo de hoy simplemente dándote a ti y a todos los lectores y seguidores de Justifica tu respuesta todo el tiempo que lleváis acompañándome, todo el tiempo que habéis dedicado a mis artículos, a mis reflexiones.
El de hoy es un texto de profundo y sincero agradecimiento a todos aquellos docentes y educadores que os ponéis al lado de quienes tanto os importan y a quien con toda seguridad escucháis con vuestro corazón.
Ojalá que como yo otros muchos docentes se animen a hacer leer a uno de sus alumnos el texto que acompaña esta entrada y que al final de su lectura podáis zarpar rumbo a un curso académico, cuando menos inolvidable.
Gracias una vez más por estar ahí, de corazón.
Porque compartir siempre, siempre nos hace mejores
Escrito por Santiago Moll en su blog Justifica tu respuesta
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