Muchos de los autores que escriben en este monográfico ya han aparecido en este blog y os resultarán familiares, otros no. La lectura o, mejor aún, el estudio concienzudo de cada uno de los artículos deberían marcar, para los que estáis interesados, un antes y un después en el abordaje de la alta capacidad y el desarrollo del talento en nuestro sistema educativo. Al menos con esta ilusión hemos trabajado durante este tiempo. Os ofrezco hoy la introducción/presentación del número que hemos preparado Steve y yo; en días sucesivos iré haciendo entradas con algunos de los trabajos que constituyen este número de la revista.
Es un buen momento y lugar para agradecer a mi colega y amigo de tantos años, José Luis Gaviria y a David Reyero su apoyo en todo este proceso, así como a todo el personal asociado a la revista y a su colaborador externo Jorge Mañana por su ayuda.
Esta es la introducción al volumen que iré desgranando en sucesivas entradas.
ALTA CAPACIDAD Y DESARROLLO DEL TALENTO: ASPECTOS CRÍTICOS
Pocos ámbitos de la educación gozan de una base tan amplia de investigación y estudio como el referido a las altas capacidades y el desarrollo del talento. Al mismo tiempo en pocos hay tantas ideas preconcebidas, errores y mitos como en este.
Cuando nos planteamos proponer este número monográfico a la Revista de Educación, a la que agradecemos su rápida aceptación, teníamos en mente contribuir a aclarar algunos de los estereotipos más establecidos en este ámbito de la educación y a poner un poco de luz sobre un campo de estudio que necesita de una atención seria en tantos lugares y, desde luego, en España y otros muchos países.
¿Cuántos profesores creen hoy en día que la llamada “superdotación” es una cuestión de ser o no ser?, ¿que está asociada a un CI, digamos, de 130?, ¿o a un rendimiento sobresaliente en todas las áreas académicas?, ¿o que no necesita de intervención especial para desarrollarse?, ¿cuántas interpretaciones diversas hay sobre el talento y su desarrollo?, ¿creen los profesores y las administraciones que realmente es necesario identificar a los alumnos más capaces para ofrecerles unas ayudas educativas que les supongan el reto y estímulo que su capacidad necesita para convertirse en potencial? ¿No creen acaso la mayor parte de los profesores y administradores que atender diferencialmente a estos alumnos es una forma de segregación, o de elitismo, o que realmente no presentan ninguna necesidad educativa específica?
Nos ha parecido que el mejor modo de abordar los aspectos críticos en la atención a los alumnos más capaces y el desarrollo del talento era recurrir al argumento de autoridad. La cuestión es sencilla, que no simple, preguntemos a los que saben. ¿Cuál es la posición de los investigadores y teóricos de más reputación en el mundo sobre los alumnos de alta capacidad? ¿Quiénes son, cómo deben ser identificados y educativamente atendidos? ¿Cuál es el papel del sistema educativo y de la escuela en particular? ¿Qué debemos hacer en las clases? ¿Cómo debe ser el currículo y cómo deben moverse por él los alumnos que, por tener más capacidad, tienen una velocidad de aprendizaje mayor? ¿Podría la escuela tener una configuración distinta y ser concebida como un ámbito de aprendizaje en lugar de un ámbito de enseñanza, en donde el alumno fuese el centro, el sujeto agente y no el sujeto paciente? Las preguntas son interminables, pero tenemos respuestas para muchas de ellas.
Hemos reunido en este número a un conjunto de especialistas de talla internacional que constituyen una buena parte de las voces autorizadas en esta monografía. Sus modelos, enfoques y teorías sobre la alta capacidad, la identificación, el currículo, el desarrollo de los excepcionalmente capaces, los nuevos enfoques para la escuela y la tecnología, etc. constituyen un conjunto de inestimable valor para los investigadores, los profesores, los padres y la administración.
A todos ellos nuestro agradecimiento por aceptar la invitación que en su día les cursamos para contribuir en este trabajo del que estamos sinceramente orgullosos. Queremos creer que marcará un antes y un después. No podemos por más tiempo en la educación actuar en función de nuestras opiniones o puntos de vista; es preciso que, adoptando la postura que nos parezca más adecuada, siempre podamos dar razón de su fundamento y apoyo teórico o experimental según los casos.
Ha sido un año y medio de trabajo que hemos llevado a cabo con gusto, con la confianza de que será de utilidad para mejorar la vida escolar y personal de tantos miles de niños y jóvenes que necesitan ayudas específicas para realizar todo su potencial. Como dijera un día el profesor Stanley, “no olvidemos que ellos nos necesitan ahora, nosotros los necesitaremos a ellos mañana”.
Javier Tourón - Steven I. Pfeiffer
Universidad de Navarra - Florida State University
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