domingo, 26 de junio de 2016

Metacognición. Cómo hacerse buenas preguntas para aprender

Metacognición. ¡Vaya término, vaya reto! El artículo de hoy tiene la intención de darte a conocer qué tipo de preguntas son las que mejor funcionan para estructurar la mente y almacenar la información y los distintos aprendizajes que día a día se adquieren.
Para la redacción de este artículo me he servido del excelente manual escrito a cuatro manos por Antonio Marina y Carmen Pellicer y que tiene por título La inteligencia que aprende. La inteligencia ejecutiva explicada a los docentes. Desde Justifica tu respuesta aprovecho para recomendar este manual a todos aquellos docentes interesados en el potencial y desarrollo de la inteligencia en el aula.

Metacognición. ¿Cómo se formula una buena pregunta?

En el manual de Marina y Pellicer se insiste en algo que me ha llamado poderosamente la atención y tiene que ver con la relación entre metacognición y pensamiento crítico. Es más, Marina y Pellicer afirman que:
El pensamiento crítico es el máximo nivel de metacognición, porque se encarga de evaluar la verdad de las afirmaciones, la corrección de los argumentos, la validez de las evaluaciones, la bondad o maldad de nuestros actos.” (pág. 199)
Ante esta afirmación los autores insisten que en que se puede enseñar a los alumnos a adquirir un hábito que les permita elaborar las mejores preguntas para obtener las mejores respuestas.
Porque enseñar a formular preguntas es una excelente manera de implicar a los alumnos en aquello que los docentes queremos que aprendan.
En este sentido hay que tener muy en cuenta el peligro de formular preguntas cerradas, es decir, preguntas que se responden con un sí o un no o, lo que es lo mismo, preguntas con una única respuesta correcta. Porque, ¿qué peligro encierra una única respuesta correcta? Pues que, si no se sabe, se cierra el proceso mental de alumno.
De ahí que Marina y Pellicer insistan en su libro en que las preguntas deben ir orientadas no al control de lo que saben, sino que deben ir orientadas a aportar un crecimiento personal y significativo.

Metacognición: ¿Qué debería encerrar una buena pregunta?

Aquí van algunas sugerencias:
  • Formulación clara
  • Información relevante
  • Nivel de complejidad adecuado
  • Intención positiva
  • Fomento de desafíos
  • Fomento de la imaginación
Junto con estas sugerencias tampoco hay que olvidar que deben servir de modelo para que los alumnos puedan imitarlas en el desarrollo de sus aprendizajes.

¿Qué preguntas son las que mejor funcionan para un aprendizaje centrado en la metacognición?

1. Preguntas que animan a dar razones. Ejemplos:
  • ¿Por qué piensas así?
  • ¿Cómo justificarías que lo que acabas de decir es cierto?
2. Preguntas que animan a someter a crítica lo que dice. Ejemplos:
  • ¿Qué le dirías a un compañero que piensa diferente?
  • ¿Cómo sabes que esa persona está equivocada?
3. Preguntas que incitan a aclarar el pensamiento. Ejemplos:
  • ¿Qué significa para ti esa palabra o expresión?
  • ¿Qué ejemplo pondrías para entenderlo mejor?
4. Preguntas que animan a sacar posibles consecuencias. Ejemplos:
  • Si eso fuera verdad, ¿qué podría suceder?
  • Si alguien hiciera eso, ¿cuáles crees tú que podrían ser las consecuencias?
5. Preguntas que animan a la corrección. Ejemplo:
  • ¿Qué otra solución podría darse?

¿Por qué es tan importante la metacognición?

Un pensamiento metacognitivo pobre es el causante en los alumnos de:
  • Pobreza narrativa
  • Dificultad a la hora de organizarse
  • Inseguridad ante lo que van aprendiendo
  • Dependencia
  • Dificultad para reconocer los errores de uno mismo
  • Ausencia de visión de conjunto
  • Dificultad para consolidar nuevos aprendizajes
De ahí que sea tan importante adquirir el hábito de  formular las mejores preguntas para obtener las mejores respuestas y que estas respuestas permitan fijar en cada uno de nuestros alumnos un aprendizaje significativo.

Metacognición. Preguntar mejor para aprender mejor. A modo de conclusión.

Como docentes tenemos el enorme deber y la gran responsabilidad de acompañar a nuestros alumnos hacia un aprendizaje que esté enfocado en lo significativo, lo riguroso, lo crítico y lo creativo.
Es fundamental que sepamos hacerles ver la utilidad de reflexionar sobre  cómo piensan para que aprendan a pensar mejor. ¿Y cómo se logra? Marina y Pellicer proponen preguntas tan interesantes como:
  • ¿Cómo sabes cómo aprender mejor?
  • ¿Qué te ayuda a recordar lo que aprendes?
  • ¿Acostumbras a relacionar lo que aprendes?
  • ¿Eres consciente mientras aprendes de lo que más te sorprende o impacta?
  • ¿Cómo te organizas a la hora de aprender algo?
  • ¿Valoras cómo aprendes?
Tomado de justifica tu respuesta.
metacognición

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